Como hacer mi casa más relajante

Para acabar con este ramillete de ideas para conseguir que tu casa sea lo más relajante posible, aquí va una propuesta que lógicamente solo es apta para aquellos que se lo puedan permitir. Es decir, que no tengan problemas económicos ni espaciales, lo cual ya de por sí debe (o debería) ser bastante relajante. Bien, el caso es reservar una zona de la vivienda, una habitación, un porche, una buhardilla o un área del jardín para transformarlo en nuestro particular área de spa y bienestar. Cada uno que cumpla sus sueños y se lo haga lo más completo que pueda, siempre es una grandísima inversión en salud. Y para aquellos que tengan que ser más selectivos y solo puedan elegir un elemento para su particular spa, lo que no puede faltar es una bañera de hidromasaje, o al menos una gratificante columna de hidromasaje.

Parece obvio. Lo mejor para relajarse en tu propia casa es un buen sofá, la misma cama, tu sillón favorito o una tumbona en el jardín. Obvio. Son muebles cuya principal cualidad es la de su confortabilidad y su capacidad para que te relajes en ellos. Pero una butaca cómoda también puede lograr un efecto tremendamente relajante simplemente con su presencia y su contemplación. Ella, allí, te está invitando a que te reposes. Su aspecto mullido te atrae, pero también unos diseños desenfadados en sus formas y unos tonos atrevidos en su tapicería colaboran a ese efecto.

Una tumbona en la terraza o en el balcón, en una zona abierta del jardín o tendida entre dos pilares del salón también es un elemento que relaja solo con verlo. A cualquiera que lo mire le pasa lo mismo. Inmediatamente nos sentimos como mecidos por la suave brisa del mar y durmiendo a la sombra de altos cocoteros. Pregunta y comprobarás que nos ocurre a todos, la única diferencia es la playa a la que nos teletransportan mentalmente. Habrá quién viaje a la Polinesia, otros al Caribe, o mucho más cerca a alguna recóndita cala del Mediterráneo. Pero lo que es indudable es que la presencia de este tipo de tumbonas es lo de lo más relajante que uno se pueda imaginar, por no hablar de echarse una buena siesta en ellas.

Cualquier hobbie, por muy minucioso, fatigoso o repetitivo que nos pueda parecer, provoca un efecto de relax en aquellas personas que lo practican. Pues bien, esa sensación relajante se prolonga en el tiempo y casi de forma cotidiana, si eres de los que se han apuntado a la tendencia del DIY, Do It Yourself, para amueblar o decorar su casa. Por ejemplo, restaurando un viejo armario de madera, haciéndolo se le puede dar un aspecto provenzal, pero sobre todo podrás aplicarle unos toques personales únicos e intransferibles. No lo dudes, te divertirás enormemente haciéndolo, estarás creando, y luego cada vez que lo veas, allí en esa esquina de tu cuarto de estar, te sentirás satisfecho y orgulloso de trabajo realizado. ¿Hay mejor modo de relajarse que con esas sensaciones tan plenas?

Los techos, los suelos y sobre todo las paredes se convierten en la práctica en las superficies y elementos que más espacio ocupan en nuestro campo de visión. Mucho más que cualquier otro objeto de la decoración o del mobiliario. Es decir, su aspecto incide directamente y en gran medida en las sensaciones que transmite nuestro hogar. Ya que aquí estamos hablando de proporcionar una sensación de relax, obviamente olvídate de pintar las paredes en tonos estridentes y con fuertes contrastes. Siempre tendrás que recurrir a tonos claros, pastel y suaves, sea en un único color o haciendo combinaciones. Aunque también puedes optar por otra idea más atrevida pero igualmente relajante. Recurrir a un papel pintado como el que nos propone la casa barcelonesa Tres Tintas, y hacer que nuestras paredes nos sumerjan en los paisajes de Katmandú.

Y ya que acabamos de nombrar a Oriente. Es indudable que los elementos relacionados con ciertas prácticas culturales y religiosas de esas lejanas tierras siempre son un buen camino hacia la tranquilidad. Los motivos ancestrales de la imaginería oriental de tipo budista, zen o sintoísta siempre son una garantía de atmósferas relajadas. De ahí, a incorporar por la casa alguna esterilla, unos incensarios, velas aromatizadas y una luz apropiada hay un breve paso. Y claro, una vez que se reúnen todos esos elementos es difícil no dedicar unos buenos ratos a practicar el yoga y la meditación.

Cualquier cualidad de carácter positivo que le queramos aportar y proporcionar a nuestra vivienda siempre se ve incrementada en cuanto incorporamos plantas por las distintas habitaciones de nuestra casa. Si queremos frescura, colorido, vitalidad o alegría, sin duda nos ayudara a conseguirlo la distribución de distintas plantas de interior. Y por supuesto, también la vegetación, incluso en muchos casos aunque sea artificial, también es potencialmente relajante. Flores de distintos colores, macetas de barro, de metal o de vidrio, plantas de hoja ancha o pequeña, grandes jardineras o elegantes jarrones, cientos de presentaciones para las plantas de interior, cualquiera de ellas es positiva para nuestra vivienda, capaz de generar atmósferas y de transmitir mensajes.