5 hábitos con los que tu casa no se verá desordenada nunca más

Vanesa Matesanz Vanesa Matesanz
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Ser una persona ordenada o no serlo, no tiene que ver con nuestro carácter. Con nuestra forma de ser. Se trata de seguir con una serie de hábitos que normalmente se adquieren desde pequeñitos, y que nos permiten mantener el orden tanto dentro como fuera de nuestra casa. Por supuesto, hay gente que lo lleva al extremo y se convierte en una maniática del orden, pero no es a lo que nosotros vamos a referirnos en este libro de ideas

Si alguna vez te han dicho o has dicho eres un desordenado, quizás deberías leer o mostrar a esa persona este artículo. Vas a encontrar 5 hábitos muy sencillos de llevar a cabo que te permitirán dejar atrás ese desorden constante que reinaba en tu vida.

Por supuesto, debes tomártelo en serio y convertir estos gestos diarios en movimientos rutinarios que prácticamente llevas a cabo sin pensar. ¡Nunca es tarde para decirle adiós al desorden! 

1. No dejes la ropa encima de la cama o la silla cuando te cambies

Comenzamos con un hábito que muchas personas tienen y que hacen que tu casa se vea como una auténtica leonera. Llegas a casa, quieres ponerte cómodo y te cambias de ropa. Te quitas la que has llevado y, las cosas que no son para lavar, las dejas tiradas encima de la cama o acumulándose junto con otra de otros días encima de una silla que ya ni se ve. 

Es el momento de que comiences a adquirir el sencillo hábito de desvestirte y, o bien, echar la ropa sucia a un cesto para este cometido (si no tienes, estás tardando en comprar uno); o colgar la restante en tu armario. No te lleva más que unos segundos, como mucho un minuto. Y el resultado de orden—desorden es notable.

2. Limpia las migas de las mesas, dobla las mantas y coloca los cojines

Cuando usamos el salón, normalmente picamos algo, nos acurrucamos bajo la manta, nos tumbados plácidamente en el sofá… En fin, ese tipo de cosas maravillosas que hacen nuestro día a día un poquito más placentero. Eso sí, deja de abandonar esas migas en la mesa o en la alfombra: no te cuesta nada coger una bayeta y tirarlas a la basura o pasar el recoge migas o la aspiradora de mano. Un hábito sencillo que despejará tu salón de posibles bichos que vayan a por esas migas y, sobre todo, de una imagen de desorden y suciedad. 

También es más que recomendable que empieces a adquirir el hábito de colocar los cojines cuando te vayas del salón y dejes doblada o guardada la manta. Dejar las cosas recogid

3. Deja las toallas bien colocadas en su sitio y el baño recogido cuando acabes de ducharte

Cuando algunas personas se duchan o se bañan, parece que un auténtico tsunami hubiese pasado por el cuarto de baño. Sabes de lo que te hablamos, ¿no? Acostúmbrate a que, cuando acabes de ducharte, debes dejar las toallas dobladas en su sitio, los geles y champús bien cerrados y colocados, así como de limpiar los pelos que hayan caído o el agua que haya mojado el suelo. No te llevará más de cinco minutos y la diferencia para la persona que use el baño después de ti, será abismal. 

Lee ’Baños: 6 consejos fáciles y rápidos para su limpieza

4. Friega los platos después de usarlos y limpia la encimera

Este quizás sea uno de los más obvios, a la vez que uno de los que más quebraderos de cabeza traen en las casas: el tema de los platos sucios en la cocina. Cuando acabes de desayunar, comer o cenar, debes adquirir el hábito de limpiar lo que has usado. No importa si tienes lavavajillas o no: si no tienes, lávalo a mano cuanto antes o (como mucho) deja las ollas más difíciles en remojo con friegaplatos. Cuanto más tardes, más se va a adherir la comida y más difícil será. Y si tienes lavavajillas, coloca los platos en su interior y no lo pongas hasta que no esté lleno para evitar el malgasto de agua. 

5. Enseña hábitos de orden desde que los niños sean pequeñitos

Los hábitos de orden se adquieren desde que los niños son pequeños. Por eso nuestro último consejo es que tomes como hábito el llevar estos hábitos (valga la redundancia) a los más peques de la casa. Haz que tus hijos dejen todos los juguetes recogidos cuando acaben de jugar, que aprendan a hacer la cama o a recoger sus libros después de hacer los deberes. Los buenos hábitos para evitar ser una persona extremadamente desordenada es mejor cuanto antes se aprenden, así que ya sabes: ¡poneros todos manos a la obra! 

Aquí encontrarás a profesionales de la limpieza, si prefieres delegar la tarea. Aunque eso no implica delegar ese desorden…

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