Un ático de diseño con muchas curvas

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Un ático de 150 metros cuadrados en el centro de Madrid ha sido renovado por el estudio Manuel Ocaña Architecture and Thought Production Office de manera integral. La vivienda da a la única calle de traza curva de todo el centro de la capital y, flanqueado a ambos lados por fachadas de hormigón ajardinadas, este vial fue inventado en los años 70 por Fernando Higueras. El arquitecto adquirió gran fama internacional en 1969 y ha sido uno de los principales arquitectos de la modernidad española. 

Esta reforma busca recuperar el modo de vida elegante y sofisticado de la burguesía madrileña de los años 60. Y mediante su procedimiento artesanal, su materialidad tradicional y sus trazados naturalizados, el diseño de esta renovada vivienda trata de ser un homenaje a aquel que fue uno de los arquitectos más sensibles del siglo XX, según Manuel Ocaña. 

Fotógrafo: David Frutos. 

El cielo de la vivienda

Una de las primeras cosas que llama nuestra atención en esta estancia es el primero de los diez nichos que configuran ahora el techo de la vivienda. La estructura original de las vigas ha sido disuelta creando estos espacios dotados de una gran calidad acústica. Las lámparas empotradas y las rejillas de ventilación, a veces tan antiestéticas, han sido camufladas tras las fosas de la cubierta. 

Una nueva distribución

La nueva distribución del ático es totalmente diferente a la original. Ahora, el trazado de las distintas particiones utiliza curvas que evitan las incómodas esquinas y los largos pasillos. Los arquitectos querían facilitar el desplazamiento por la vivienda en cada giro y en cada cambio de umbral, además de crear encuentros inesperados con el horizonte madrileño que se divisa desde las ventanas.

El cielo sobre Madrid

Bajo una de las fosas iluminadas del techo se accede a una terraza muy amplia. 

Las vistas sobre la ciudad son impresionantes y el amplio ventanal consigue convertirlas también en parte del interior de la vivienda. 

Puertas curvadas y cantos perfumados

En el dormitorio se acentúa la estética redondeada del diseño. Las puertas son curvas y lacadas en blanco con cantos de roble macizo perfumado con aceite de linaza. El suelo, tanto aquí como en el resto de la vivienda es una tarima de roble tradicional y está tratado con un barniz acuoso e invisible. La tarima ha sido colocada como un único despiece perpendicular a la fachada y recorre toda la vivienda independientemente de la dirección u orientación de las paredes. 

Tabicas curvas y escayola

La vivienda al completo ha sido construida de manera artesanal. La tabiquería, por ejemplo, es de ladrillo revestido de yeso y un falso techo de escayola se suspende de la cubierta. Su diseño de tabicas curvas está presente también el cuarto de baño. 

Vistas desde la ducha

La luz natural llega al cuarto de baño desde una ventana colocada dentro de la misma ducha. Las vistas desde aquí apuntan directamente a la terraza y muestran una bonita panorámica de Madrid. 

Las duchas se terminan en su totalidad con la misma pintura de esmalte con la que el artista César Manrique (pintor, escultor, arquitecto y artista español) acababa los suelos, paredes y piscinas de sus obras en Lanzarote. 

La cocina redondeada

Las características descritas en este artículo se repiten también en la cocina. Las formas redondeadas traspasan los tabiques y llegan hasta el mobiliario que intenta pasar desapercibido y crear armonía combinando con el resto de los volúmenes.

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