En una cultura en la que celebramos cada acontecimiento social al rededor de una mesa, el comedor se convierte en zona de culto y allí es donde celebramos los momentos más importantes de nuestras vidas: cumpleaños, reuniones familiares, festividades… Para disfrutar de un buen banquete o de unos sencillos piscolabis, cualquier excusa es buena. Estos lugares de reunión, tan significativos para nosotros, deben ser sitios agradables que inspiren simpatía, donde a uno le apetezca pasar largos ratos.
Un objeto indispensable en estos espacios y muchas veces olvidado, es la silla ¡nos sentamos dándole la espalda y nos olvidamos de ella! En este libro de ideas queremos reivindicar la importancia de las sillas de comedor, darles visibilidad y mostrar como pueden ser un elemento diferenciador que llena de estilo y transforma completamente nuestros comedores.
La sutileza de uso de finos hilos negros verticales de que forman el esqueleto de estos asientos, forman un armonioso conjunto con el apacible blanco de asiento, respaldo y resto de mobiliario. Estas líneas además se hacen más notables con el accesorio ornamental de pared de fondo, todo verticalidad. Ideales para cocinas blancas, aportan de forma delicada un toque sutilmente geométrico a la estancia.
Lo que nos ha llamado la atención de este comedor no es el diseño de las sillas per se, si no el planteamiento que hace el autor en este conjunto. Elige una mesa transparente y absolutamente carente de tono para una cocina que ya es suficientemente sobria y la llena de color y forma escogiendo tres sillas diferentes entre si, en color, forma y concepto. Aporta así a este espacio por lo demás relativamente tradicional un soplo renovado y transgresor con sencillez.
Este comedor parece sacado de un cuento de Beatrix Potter. El mantel azul le da un toque infantil, pero el definitivo toque rústico lo dan las sillas, de asiento bajo y líneas gruesas moldeadas en madera oscura. El resto lo hacen unos cojines atados a la antigua al respaldo de las sillas, decorados con un estampado muy recurrido en estos decorados. Un buen ejemplo de como unas sillas pueden ser responsables de crear ambiente en un comedor.
El efecto translucido que presentan estas sillas de comedor hacen que no se cargue de colores el salón, perdiéndose en los colores sobrios de este. La estructura metálica que sujeta la silla casa perfectamente con el predominante gris y se confunde en el ambiente con el resto de este elemento. En suma, un objeto que se camufla de forma total y absoluta cediendo la palabra al resto del mobiliario.
Esta silla es un perfecto ejemplo en el diseño moderno de sillas. Su patas traseras fusionadas con la guarnición de esta, forman una curva ondulada que arrastra parte del respaldo y asiento, dándole un toque de originalidad y a su vez diferenciándose de otras sillas de carácter más vulgar. La base de color níveo brillante, es perfecta para combinar con cualquier color.
En este comedor las sillas aportan la nota discordante. En contraposición con el diseño de la mesa, en madera oscura, lisa y tradicional en concepto, nos encontramos con unas sillas con respaldo y asiento compuestos por una red metálica que las llena de líneas, que bien se podría pensar que no tienen nada que ver. El acolchado viene de la mano de unos sencillos cojines amarillos colocados en las sillas, que tampoco tienen nada que ver con el resto de cojines, grises y estampados. En conjunto, se consigue un comedor de aspecto hogareño y diferente.
No podían faltar en esta colección unos taburetes para cocina americana. Este concepto, cada vez más utilizado tanto por su funcionalidad como por la forma en la que integra la cocina con el resto de la casa, necesita de taburetes y no sillas, por la altura de la mesa. Los taburetes de esta cocina están muy bien integrados con el resto del mobiliario. Con un respaldo en madera oscura haciendo duo con los armarios y los cojines, muy mullidos, en sintonía con el blanco de fondo y del resto del mobiliario. Una elegante barra metálica da altura a estos asientos, elevando las comidas a otro nivel.
Para los que les gusta más hundirse en la comodidad de un sillón para disfrutar de forma plena de un buen banquete, aquí tenemos un comedor que les encantaría. Pensado para largas sobremesas, se utilizan sillones en lugar de sillas, habitualmente más funcionales. Se consigue además un toque divertido con el tapizado de estos sillones, injustamente poco utilizados en comedores. Una idea muy convincente en concepto y diseño.
El tapizado no es un recurso muy explotado en sillas de comedor y se suele dejar para zonas de menos trajín. En esta ocasión sin embargo es la técnica estrella. En un comedor amplio y luminoso, de estilo tradicional, estas sillas tapizadas en lila claro se demarcan del resto del mobiliario cambiando textura y color. Una combinación poco usual que seguro que muchos tendrán en cuenta si quieren modernizar totalmente su comedor de toda la vida sin demasiado esfuerzo.
Asiento y respaldo conseguidos a partir de un solo cojín, pura comodidad. Estas sillas son perfectas para llenar de alegría cualquier hogar. Los cojines relajan la vista con su aspecto sencillo y moldeable, que en un diseño ligero y juvenil conforman una silla que nos ha encantado.
Ya veis que las sillas pueden romper en el comedor y cambiarlo completamente, de muchas y diversas maneras. Aportan colorido, textura y sensaciones, ¡no las olvidéis!