5 ideas fantásticas para separar la cocina y el salón

Isabel Rodríguez Isabel Rodríguez
homify Modern kitchen
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Hoy en día las cocinas open space o cocinas abiertas no son ninguna rareza. No obstante, a la hora de elegir una casa hay que tener en cuenta si este tipo de propuestas responden o no a nuestras necesidades. Si la idea resulta seductora, lo normal es establecer algún tipo de separación visual entre la cocina y el salón de modo que se le de cierta estructura a la superficie, delimitando con claridad ambos uso. Una cocina abierta añade dinamismo a la vivienda, máxime, si tenemos en cuenta que esta habitación se ha convertido en uno de los puntos neurálgicos de la casa, un espacio de encuentro que ha abandonado, en parte, su carácter funcional recuperando ciertas connotaciones de índole social. Además, este tipo de diseños de cocina contribuyen a que los espacios parezcan más grandes.

Las posibilidades a la hora de dividir ambas estancias son de lo más variopinto. Una isla de cocina, una mesa, un pavimento diferente… Cualquier elemento puede ponerse al servicio de la separación de estos ambientes de un modo efectivo y práctico. No obstante, si no terminas de dar con la solución más apropiada, siempre puedes recurrir a las clásicas paredes. ¿Qué sistema prefieres? En este libro de ideas te proponemos cinco ejemplos fantásticos e inspiradores. ¡Toma nota!

1. Una isla de cocina como separador de ambientes

Un frigorífico, un fregadero, los fogones y un espacio de trabajo, todo ello separado físicamente del resto de la casa, ha sido tradicionalmente lo que entendíamos por cocina, una mera zona de faena reservada, fundamentalmente, a las amas de casa. Sin embargo, esa concepción del espacio ha quedado atrás y, hoy en día, la cocina se ha convertido en un punto de encuentro para reuniones con familiares y amigos, sustituyendo la estampa de cocinar en soledad por la de estar acompañado. 

El gusto por las cocinas abiertas combinadas con el salón u otras estancias de la casa, ha proliferado en los últimos tiempos y, siempre que el tamaño lo permita, una isla central es un elemento de comunicación muy interesante. Una de sus principales ventajas es que permite una separación física sin establecer sólidos límites visuales de modo que, la perspectiva desde un punto y otro de las salas en cuestión es de continuidad. Además, su diseño hace de ellas un incomparable punto de encuentro en cocinas open space

2. Arcos de obra

Los arcos de obra son un elemento más habitual en los exteriores, generalmente en jardines, corredores o porches en los que la abertura de los espacios es una constante. Sin embargo, ofrecen una solución creativa y muy atractiva a la hora de separar espacios sin tener que recurrir a sólidas paredes. Estos elementos permiten una división visual pero no completa de cocina y salón aportando profundidad a las estancias y delimitando, claramente, la superficie ocupada por unas y otras. La continuidad visual es determinante para al efectividad de un sistema que encaja a la perfección con todo tipo de estilos aunque es más común en diseños industriales y rústicos. 

Su diseño y materiales constructivos le darán el aspecto que más se adapte a tus gustos y necesidades y, por otro lado, siempre puedes añadir una o varias columnas para crear composiciones tan atractivas como la que vemos en la imagen.

3. La mesa como elemento separador

Sencillo, atractivo y funcional. El truco de utilizar una mesa para separar las áreas de la cocina y el salón es extremadamente efectivo. Ubicada en el límite espacial entre ambas estancias, los resultados saltan a la vista. Al igual que sucede con una isla de cocina, una mesa de comedor puede servir como un divisor entre ambos espacios.

Esta pieza del mobiliario ofrece un escenario perfecto para reunir, en torno a ella, a los comensales de una cita gastronómica, los niños mientras hacen los deberes o amigos con los que disfrutar de un aperitivo. En lo que a diseño se refiere, una mesa rectangular es perfecta para dividir longitudinalmente mientras que, una mesa cuadrada o redonda, puede resultar algo más compleja de encajar. Los diferentes usos que puedes hacer de ella así como su menor coste con respecto a otras soluciones como las islas de cocina, hacen de las mesas un elemento perfecto para separar la cocina del salón. 

4. Una librería para dividir los espacios

Si no quieres tener que recurrir a las tradicionales paredes pero la idea de open concept no termina de convencerte, siempre puedes optar por una solución intermedia a la hora de separar la cocina y el salón. Las librerías o estanterías altas y anchas son un buen aislamiento y, pese a no permitir una integración total de los espacios, tampoco trasladan una percepción individual de los mismos ya que continúan estando conectados.

Además, este tipo separación espacial es muy cómoda y contribuye a la correcta organización de la casa ofreciendo una coqueta y práctica solución de almacenamiento para libros, accesorios o cualquier otro elemento que pueda formar parte de la escena. 

5. La división clásica con una pared

La otra situación a la que puedes hacer frente a la hora de plantear la arquitectura interior de tu hogar es si realmente quieres que cocina y salón compartan un mismo espacio. Si la superficie es generosa, tampoco está mal instalar una pared tradicional. Con relativamente poco esfuerzo, ambas estancias quedarán divididas en dos habitaciones totalmente independientes garantizando así la privacidad de una y otra. Tu gran cocina pasará a ser un espacio aislado del resto en el que podrás disfrutar de la paz y la calma para ponerte ante los fogones.

La principal ventaja de una separación completa son los olores. El aroma propio de los suculentos guisos quedará confinado entre las cuatro paredes de tu cocina, como también lo harán las fragancias resultantes de una comida quemada o en mal estado. Cierto es que, en el caso de las cocinas abiertas, la inversión en un buen extractor puede salvar estas situaciones. 

Una solución a medio camino entre una división o integración completas es la colocación de una pared de vidrio que permita la contemplación de cocina y salón y su conexión a demanda. 

¿Por qué apostar por un salón y cocina abiertos?

El gusto por los espacios separados de modo estricto con paredes y muros ha quedado relegado a un segundo plano y, hoy en día, proyectos de decoración y diseño de interiores de todo el mundo apuestan por la apertura y generosidad de los ambientes. Este planteamiento open concept, aplicado fundamentalmente a cocinas y salones, se traduce en espacios luminosos y acogedores que transmiten una sensación de libertad y espacio. 

La eliminación de los muros tradicionales supone una conexión, no solo de los espacios, sino también de sus residentes, pudiendo compartir momentos pese a estar realizando tareas diferentes simultáneamente como ver la televisión o cocinar. La concepción no impide, sin embargo, añadir ciertos elementos que permitan una separación visual de los espacios. Al final son los gustos particulares de los propios moradores, los que determinan la idoneidad de las soluciones. Para gustos, los colores. 

¿Quieres conocer más propuestas al respecto? Descúbrelas en nuestro libro de ideas: 12 alternativas para separar espacios en tu casa sin necesidad de paredes

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