La elegancia no es cuestión de tamaño

Marisa Alcore Marisa Alcore
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Aunque sus características no le otorgaban el premio del apartamento perfecto, un proyecto de reforma e interiorismo consiguieron sacarle su máximo partido. Situado en la zona universitaria de Moncloa, sus propietarios lo adquirieron para arreglarlo y ponerlo en alquiler. El panorama no era el idóneo: su superficie era reducida, su distribución era escasa y solo contaba con una ventana orientada a norte por donde no entraba demasiada luz. Pero los profesionales de Interiorismo Paloma Angulo convirtieron este espacio en un lugar sencillo, funcional y acogedor perfecto con un único dormitorio. Vivir en pocos metros cuadrados no es sinónimo de incomodidad, ¡os lo demostramos!

La zona de día

Cuando los metros cuadrados no son abundantes las distribuciones abiertas son las más adecuadas. De esa manera, no se pierde ni un centímetro de superficie útil con tabiques innecesarios. Antes de la reforma, el apartamento contaba con un recibidor cerrado el cual daba acceso a dos estancias independientes, por un lado el cuarto de baño y, por el otro, la cocina, dormitorio y salón todo en uno. Para ganar funcionalidad y cumplir con una de las exigencias que impusieron los propietarios, se mantuvo todo en su sitio y simplemente se independizó un pequeño rincón que se convirtió en la zona de noche. 

El salón, el comedor, la cocina y el recibidor se encuentran en el mismo espacio, convertido en la zona de día. 

La distribución

Descubrimos a través de este plano cómo se colocaron los usos. Frente al acceso, encontramos la puerta que nos conduce al cuarto de baño, situado en la misma posición que antes. Junto a él, el dormitorio, conectado con una zona de almacenamiento. Puesto que se trata de una estancia sin conexión al exterior, se optó porque la puerta fuera una ventana al interior: una mampara corredera de vidrio y madera que permite que la luz que entra por la ventana se cuele dentro. A la izquierda, la zona de día, donde el mobiliario se encargó de diferenciar los tres ambientes que acoge: cocina, salón y comedor.

El comedor

Entre el salón y la cocina se colocó la mesa de comedor: un uso a medio camino entre ambos. Las piezas de mobiliario jugaron un papel importante, no solo en la funcionalidad sino también en el paisaje interior. Los colores empleados, así como los materiales, buscaron crear un ambiente relajado y elegante, cono tonos grises, blancos y marfiles. 

La cocina

La cocina se apoyó sobre un tramo de pared y se integró de la manera más natural posible al resto del espacio mediante sus líneas rectas y sencillas. Su color es el blanco, tanto en el mobiliario, como en la pared o la encimera de Silestone. Los electrodomésticos son los que con su acabado metalizado rompen la homogeneidad cromática. Un cambio en el pavimento estable un límite conceptual con respecto al comedor. 

El cuarto de baño

El cuarto de baño mantuvo su posición, pero se reformó por completo para que ganara más funcionalidad. La bañera se sustituyó por un plato de ducha, y junto a ella se reservó un espacio para una pieza que alberga la lavadora y el almacenamiento. El color blanco del alicatado consiguió dar luminosidad y amplitud visual, contrastado por un revestimiento de gresite gris en la zona de ducha. 

La zona de almacenamiento

En los apartamentos de reducidas dimensiones, el almacenamiento suele ser siempre un problema. Sin embargo, para que una vivienda sea completamente funcional es imprescindible cubrir esta necesidad. En este caso, como el dormitorio era reducido se decidió sacar el armario fuera y darle al corto pasillo un uso complementario. 

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