VESTIDORES: 9 Consejos para aprovecharlos al máximo

Un buen vestidor debe siempre permanecer limpio y ordenado, no sólo por una cuestión estética (que también) sino para tener disponible cada prenda, accesorio, zapato… Para ello, cada uno de los tipos de objetos que almacenamos en el vestidor debe tener su lugar asignado. Un vestidor debe estar, entonces, diseñado de tal manera que permita encontrar cada prenda y cada accesorio en un abrir y cerrar de ojos,  para lo que la distribución y la relación entre los distintos objetos debe tener una lógica funcional, evitando que se mezclen prendas y accesorios que nada tengan que ver entre sí.

La iluminación es uno de los principales aspectos a tener en cuenta en un vestidor:  Es imprescindible en una estancia de estas características ver correctamente en ella; contar con luz suficiente nos facilita la misión diaria de seleccionar la ropa y los complementos que vamos a vestir. Para ello, contar con múltiples fuentes de luz es esencial. 

Es recomendable elegir focos empotrados en el techo para garantizar una buena iluminación general de la estancia. De esta manera, podremos también ampliar los armarios hasta el techo sin que las lámparas supongan un obstáculo a la hora de abrir las puertas. Así ganaremos espacio de almacenaje, que es una cuestión especialmente importante si el vestidor es estrecho. Contar con paredes y superficies blancas también nos ayudará a ganar luminosidad en el vestidor; el blanco refleja la luz y permite tener una visión más fiel de los colores de la ropa.

El espejo es uno de los elementos esenciales para estar junto a cualquier armario. Un espejo de cuerpo entero nos garantiza  una visión de conjunto del atuendo elegido y nos permite tantear diferentes combinaciones de vestuario de una manera rápida. Nos garantiza, entonces, un verdadero ahorro de tiempo y nos aporta la seguridad de acertar con el atuendo diario. Podemos, entonces,  prescindir del espejo de tocador si no tenemos espacio suficiente, pero nunca de un espejo grande, como vemos en el diseño que el equipo de Nimú hace para este apartamento madrileño.

Para causar una buena impresión, el vestidor debe estar siempre perfectamente ordenado. Para garantizar que la ropa esté protegida y colocada, ¡nada mejor que contar con fundas y cajas!  Estos elementos darán un aspecto limpio al guardarropa y mantendrán las prendas cuidadas. Esta cuestión es especialmente importante para la ropa de fuera de temporada o para aquellas prendas que no usamos a menudo.

Es conveniente contar con protecciones frente a las polillas para ahorrarnos disgustos cuando sacamos la ropa de otra temporada. Para piezas voluminosas, como pueden ser edredones, puede ser bueno recurrir a un sistema de vacío, que garantice su higiene y máxima protección al mismo tiempo que reducen el espacio que ocupan en el armario. Existen bolsas específicas para ello y múltiples accesorios para facilitar el almacenamiento, que nos ofrecen los expertos en armarios y vestidores. 

En ocasiones nuestro vestidor incluye un espacio específico para el almacenamiento de los zapatos, lo que nos da la oportunidad de proporcionar un cuidado especial y un orden específico para los zapatos. Podemos, en esos casos, invertir en zapateros con hormas que aseguren la longevidad de los zapatos. Otra posibilidad es almacenar los zapatos en cajas (un par por caja) e identificarlos con una foto colocada en la cara de la caja para facilitar la elección diaria. 

¿Quién no ha luchado alguna vez para que la ropa interior, calcetines, cinturones o pañuelos se mantengan en la posición correcta dentro de los cajones? Para evitarlo, la solución está en contar con cajones divididos en múltiples espacios de almacenamiento de pequeño tamaño. De este modo, ¡cada objeto quedará siempre perfectamente colocado en su propio compartimento! Además, esta opción le dará un aspecto muy profesional al vestidor, digno de un buen coleccionista y amante de la moda.

El vestidor es, en cierto modo, un poco como una biblioteca: cuando tiene gran altura, mayor es su capacidad de almacenaje pero también genera dificultades para acceder a lo que se almacena en los estantes superiores. Para hacer frente a este problema, son necesarias tener en cuenta dos precauciones: 

- La primera es reservar estas zonas superiores para las prendas y objetos que se utilizan poco, o reservar estas ubicaciones más inaccesibles para la ropa de fuera de temporada. 

- La segunda, si necesitamos por igual todo lo almacenado en el armario, es pensar como instalar una escalera, como la que vemos en esta imagen. Con ella, podemos dar un estilo propio al vestidor al tiempo que  facilitamos su uso diario. 

Es frecuente que después de habernos vestido, necesitemos ponernos perfume o dar unos últimos retoques al peinado, maquillaje, etc. Contar, entonces, con una zona de tocador en el vestidor nos evita esos paseos de ida y vuelta al baño que consumen un preciado tiempo justo cuando nos disponemos a salir de casa. Práctico y estético, un tocador será un atractivo añadido al vestidor. También lo es contar con un pequeño asiento: práctico para ponernos los calcetines, medias o zapatos.

Para finalizar este libro de ideas, un último detalle importante: ¡el aroma del vestidor! 

Conviene evitar las velas perfumadas porque pueden provocar un grave accidente en un lugar donde se almacena tanta ropa. Es mejor optar por esencias líquidas, con 'palitos' para expandir el aroma por toda la estancia. Una fragancia agradable, sin duda, mejora el ambiente del vestidor. Si no tenemos espacio donde colocar las esencias, podemos echar mano de las típicas bolsas aromáticas y colgarlas en las propias perchas para perfumar todo el armario y mantener un agradable olor de la ropa recién lavada.