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Todos queremos que nuestra casa se vea linda, limpia y prolija. ¡Qué desesperación agarra cuando comprobamos que la humedad trepa desde los cimientos o baja desde el techo, levantando la pintura y arruinando todo lo que se le interpone!
Los daños más importantes en una vivienda son a causa del agua, que provoca olor a humedad, manchas oscuras y hongos en las paredes y revoques deteriorados. Esto ocurre porque los materiales de construcción son porosos y absorben el agua que los rodea, ya sea la que proviene de las lluvias, de pérdidas sanitarias, de la condensación y de la propia humedad del terreno. Y así como el agua es vital para vivir, también puede ser fatal para una construcción, ya que la va deteriorando y destruyendo de a poco. ¿Se puede evitar?
La construcción se debe aislar de la tierra mediante capas impermeables horizontales y verticales. Con el tiempo éstas se deterioran por acción del clima, los movimientos del suelo y la acumulación de sales. El agua del terreno sube por capilaridad hasta los cimientos, habitualmente hechos de materiales de construcción porosos (piedras, ladrillos y bloques).
También puede pasar por ósmosis debido a la carga inversa de las moléculas de agua que contiene la pared y el suelo. De todos modos, no hay por qué ser rehén de la humedad. Se puede prevenir su presencia analizando el suelo de la obra, usando materiales de buena calidad y teniendo en cuenta los aspectos constructivos adecuados.
El exceso de humedad deteriora la carpintería, arruina la pintura y malogra definitivamente el empapelado. También afecta los muebles y a los objetos que contienen, y si se trata de ropa ésta queda con un desagradable olor.
Como medida inmediata, se puede regular el porcentaje de humedad ventilando bien los ambientes, dejando que entre la luz del sol y colocando un calefactor a temperatura moderada. Otra alternativa es el uso de un deshumidificador eléctrico, que es un dispositivo que absorbe el aire húmedo mediante un extractor y lo condensa en un depòsito antes de regresarlo al ambiente para mantener la humedad en un porcentaje más bajo y constante.
Hay cuartos que están prácticamente condenados a tener problemas de humedad, como por ejemplo los baños sin suficiente ventilación. La falta de sol y de una buena circulación de aire, sumado a la presencia de vapor, hacen que sea una de las zonas más vulnerables. Lo mismo ocurre con la cocina y el lavadero, que son espacios que generan vapor y no siempre tienen la ventilación necesaria.Peligros estructurales
Si el piso y las paredes tienen exceso de humedad, la misma se transmite al ambiente, y esto puede ser muy molesto para personas con asma, alergias, reuma o afecciones respiratorias. Un porcentaje de humedad superior a 70 es perjudicial porque aumenta el riesgo de contraer infecciones y favorece la preliferacion de ácaros y otros alérgenos..
Si el exceso de humedad se presenta en los cimientos o el subsuelo, sin duda sube por capilaridad ya que la tierra húmeda está en contacto estrecho con el piso y las paredes, en general en zonas poco ventiladas. Si esto ocurre en una planta baja conviene identificar el origen de la humedad, si llega del suelo por capilaridad o si está en zonas cercanas a las ventanas.
En este último caso puede deberse a una excesiva condensación o a un problema de juntas o hermeticidad deficiente. En las plantas superiores lo más probable es que la humedad llegue por agentes externos por filtraciones en techos o ventanas.
Algunas empresas utilizan un proceso de electroósmosis. Este método físico-químico invierte la polaridad entre el suelo y la pared para que la humedad cambie de dirección y descienda por el muro en lugar de ascender. También hay ceras y pinturas hidrófugas que se aplican para impermeabilizar un muro que tiene humedad o manchas, que en realidad no solucionan el problema sino que lo enmascaran temporariamente.
Otra alternativa es colocar más respiraderos y ductos de ventilación, utilizar calefactores, recubrir con placas las paredes afectadas o aplicar productos químicos que absorben la humedad. Pero todas ellas no son soluciones definitivas sino que ocultan el problema que de agravarse, puede llegar a causar consecuencias graves.
Una pared mojada puede llegar a perder el 50 % de su poder de carga, y causar derrumbes o hundimiento. En el caso de balcones o cornisas, podrían llegar a desprenderse.
Si la humedad no se arregla a tiempo se va propagando al resto de la casa con consecuencias que pueden llegar a ser graves. Y si la humedad está en una zona con instalaciones eléctricas podrían haber descargas eléctricas, cortos y riesgo de incendio.
Como medida inmediata, se puede regular el porcentaje de humedad ventilando bien los ambientes, dejando que entre la luz del sol y colocando un calefactor a temperatura moderada. Otra alternativa es el uso de un deshumidificador eléctrico, que es un dispositivo que absorbe el aire húmedo mediante un extractor, que condensa en un depòsito antes de regresarlo, para mantener la humedad en un porcentaje constante y preseleccionado.
Un tratamiento que da buenos resultados consiste en incorporar máquinas que inyectan aire para corregir la condensación de humedad en el ambiente. Esto se complementa con perforaciones a lo largo del muro donde se inyectan resinas que crean una barrera impidiendo que suba la humedad.
¿Cómo trabajar mejor las paredes de ladrillos? Este libro de ideas te lo explica.
