Las texturas arquitectura para el interior y el exterior de una construcción deben seleccionarse con mucho cuidado. La textura de un objeto la recibimos a través del sentido del tacto y la visión y se pueden clasificar en texturas suaves o rugosas, naturales o visuales. En este libro conoce más sobre su función dentro de la arquitectura, características y ventajas. Acompáñanos en este recorrido de sensaciones muy estimulantes. ¡Comenzamos!
Para lograr determinadas sensaciones tanto en el diseño arquitectónico como en el diseño de interiores los profesionales del ramo tienen diferentes maneras de expresarlo. Volúmenes y colores no se perciben de la misma manera cuando se les aplican texturas arquitectura. La textura de los materiales aparentes, como la que se puede lograr con acabados determinados son fundamentales para el diseño.
La arquitectura contemporánea pretende espacios amplios, abiertos y volúmenes simples. Esto lo consigue buscando el lenguaje que le dan muros limpios con colores básicos y la condición visual que le otorgan los materiales aparentes.
Gracias a la diversidad de materiales se tienen diferentes tipos de texturas. Por un lado se tienen texturas más lisas como la de los enyesados, los tableros de concreto o la que dan los mármoles o pisos cerámicos. Las texturas medias como las pastas aportan pequeñas variantes mientras que las texturas más rugosas como las de las piedras o los tabiques dan sombras más pronunciadas.
La textura visual aporta a la arquitectura diferentes elementos para la composición. Tanto en elementos horizontales como los pisos y los techos, así como los verticales como muros o columnas el que tengan una textura propia o se les agregue una es una manera de distinguirlos o generar un contraste para que destaquen de los demás.
Pero además de estas texturas propias de materiales de construcción otro tipo de materiales como maderas, hierros o textiles también aportan al diseño como texturas arquitectura. Las texturas de madera se pueden apreciar en elementos como pergolados o palapas, mientras que los metales se pueden destacar en pasarelas o celosías. Los textiles los encontramos en mamparas como las cortinas o lonarias.
Si bien los tipos de textura que son más evidentes son los que se encuentran en paredes, las texturas piso no pasan inadvertidas. No sólo por la imagen que se quiera dar en un acabado de piso, es muy importante tener en cuenta estas texturas no sólo para diferenciar espacios interiores de los exteriores, sino también por temas de seguridad.
Las texturas piso no sólo son guías visuales para acentuar o delimitar un espacio. Para zonas exteriores o lugares húmedos como los baños, se recomienda colocar un piso con suficiente textura para evitar que alguien se resbale. Incluso, muchos fabricantes de cerámicos cuentan entre sus colecciones con pisos de la misma familia pero con diferentes texturas para dar continuidad visual, pero asegurar a los usuarios.
Las texturas arquitectura son ideales para cuando se busca jerarquizar los elementos en donde se proponga determinado acabado. Si además estos tipos de textura se complementan con un diseño de iluminación que las haga más aparentes la propuesta de diseño será mucho más enriquecedora y tanto el elemento como el espacio donde se ubique lucirá mucho mejor.
Siempre hay que tener en cuenta que cada material, además de aportar sus características propias de color y forma aporta diferentes tipos de texturas e incluso, estas se pueden acentuar dando diferentes acabados como en el caso de la madera que cierto tipo de barnices o aceites destacan de manera notable las vetas en su superficie.
Las texturas suaves son texturas no táctiles. Son tan finos que parecen suaves tanto al tacto como a la vista. La superficie de las paredes internas, los pisos y los muebles deben ser suaves al tacto para que sea más práctico de usar y no cree molestias innecesarias a las personas.
Los interiores y los muebles con textura suave son cómodos de usar. Pero, los suelos, extremadamente, lisos pueden provocar resbalones. Por eso, para ciertas áreas se necesitan texturas rugosas. Por ejemplo, los caminos de entrada, los senderos, las rampas, etc., necesitan suelos rugosos.
Un acabado exterior de textura rugosa aporta a la belleza de un edificio y en interiores se ve increíble. Crea atmósferas y transmite sensaciones. Un ejemplo es la piedra. Se ve bien tanto en el estilo moderno como en el rústico.
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La elección de una textura se encuentra, íntimamente, ligado al tipo de sensaciones que quieres lograr y en qué espacios. También se relaciona con el estilo. Finalmente se decide cuál es material y funcional el acabado que se encargará de transmitir esa sensación.
Las texturas naturales son aquellas que se han derivado directamente de la naturaleza. Por ejemplo, los diferentes patrones de maderas y piedras son las diversas texturas presentes en la naturaleza misma. Estas texturas suelen ser rugosas pero se suavizan mediante varios procesos para un uso más adecuado en edificios.