Colgados por los percheros

Belén F. Escribano Belén F. Escribano
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Está muy bien eso de que la silla se convierta en un perchero improvisado, y que los abrigos se monten unos sobre otros en el armario hasta alcanzar la altura del Annapurna. Pero quizá sea hora de comprar un perchero de pie y colocarlo en un lugar importante de nuestra casa, para darle al mismo tiempo un toque oldie pero innovador. Funcionales y con amplia variedad, cada perchero puede ser un mundo y una posibilidad de decorar cualquier habitación con algo distinto.

Para todos los gustos

En definitiva, un enorme abanico de opciones que va mucho más allá de la definición estricta de perchero. Porque hoy día todo puede ser un arma de doble filo y cualquier elemento de nuestra casa puede convertirse en la pieza estrella de la decoración. Si eres un comprador compulsivo, un desquiciado del orden o simplemente quieres uno porque Mary Poppins lo tenía, un perchero de pie es un imprescindible que no puede faltar en casa.  

Con complejo de armario

También es cierto que hay percheros y percheros. Algunos aparecen ante la total falta de espacio y la necesidad de colocar la ropa en un lugar que no sea el horno -como hacía Carrie Bradshaw- . Esta especie de armario improvisado es más funcional que estético. Aunque, bien visto, si no lo sobrecargas con ropa, se puede colocar en una zona de la casa con cierta visibilidad y darle un aire distinto a la estancia. 

Adoramos los percheros

Más altos, más bajos, con varias secciones o niveles e incluso minimalistas que sólo te permiten colgar una prenda, la prenda. Los percheros están de moda, o más bien nunca ha dejado de estarlo. Porque son objeto de deseo para aquellos a los que la ropa se les mide por toneladas y ya no hay rincón de la casa que no quede oculto bajo un montón de chaquetas. Aporta elegancia, quedan genial cuando tienes invitados y no tienes que recurrir a dónde coloco los abrigos, y, en definitiva, tener uno es tener clase.

Palos o algo

Como dice Goyo Jiménez coged palos o algo es una expresión muy a la española. Lo que quizá no se imaginaba el famoso humorista es que con esos palos, alguien se haría un perchero. Un diseño sencillo, con el equilibrio necesario para funcionar y complicaciones las justas. De hecho, con una tela encima bien podría parecer el escenario de una película del oeste, o, tal y como se presenta, el inicio de una buena fogata. Una cosa está clara, no es necesario acudir a una tienda de decoración o invertir un sólo euro para conseguir un buen perchero. Con la imaginación y la maña suficientes, puedes sacarte un diseño como el de la fotografía y sin demasiado esfuerzo. 

Para los más pequeños

El tamaño portátil también es válido en este sector. Un perchero para que los niños puedan colgar sus abrigos y sentirse como auténticos adultos en miniatura. La forma de percha facilita su colación, además de evitar que la ropa se deforme. Y la pequeña base con la que cuenta, permite poder colocar un par de zapatos para que, al día siguiente, a la hora de ir al cole, todo el uniforme esté perfectamente preparado. 

Atrévete a ser un manitas

Muy en la línea de la moda del DIY (Do it yourself -hazlo tú mismo-), surge también este perchero de estilo retro. A dos niveles nos da la opción no sólo de colocar -obviamente- más ropa, sino de poder diferenciar entre tipos de prendas y además -gracias a su base- poder usarlo también de zapatero. Este tipo de percheros, aunque tienden a un mayor almacenaje que los habituales a los que estamos acostumbrados, realmente tienen mayor gracia si no los abarrotamos de prendas. De esta forma pueden colocarse en zonas de la casa con mayor visibilidad y que, además de funcionales, puedan servir como decoración. 

El todo en uno

Emanuele Belviso es el creador de Alfred, este curioso mueble de almacenaje que no tiene etiqueta posible. Puede ser un perchero, una especie de cómoda a medio hacer, un armario tamaño mini… Indescriptible e inclasificable, lo que está claro es que es perfecto para colocarlo en esa zona de la casa que se acaba convirtiendo en un Triángulo de las Bermudas, donde monedas, relojes, algún pañuelo y -como no- las llaves, siempre se pierden. 

Un perchero que casi no lo es

Aunque si hablamos de muebles eclécticos -más concretamente de percheros-, seguramente este modelo se lleva la palma. A medio camino entre lámpara del IKEA, biombo sin acabar y, por supuesto, perchero de pie, nos encontramos frente a un diseño innovador que combina sencillez y complejidad de una forma que no suele verse muchas veces. Materiales sencillos y resultado complejo podría ser la definición exacta. 

Lo que el viento se llevó

Definitivamente, no hay mejor forma de recibir a cualquiera que entre en casa que con este perchero. Un diseño de estilo escandinavo, que no ocupa nada pero que tiene ciertos relieves para dar una mayor sensación de realismo. Un árbol lleno de vida y de movimiento en el que las prendas cuelgan como frutos, y el resultado no puede ser más exquisito. En el vestíbulo es donde presentamos nuestro hogar, es la portada del libro, y como tal deben entrarnos ganas de seguir leyendo sólo con verlo. Con este perchero, eso pasará sin lugar a dudas. 

Bosque de luz

Y como la naturaleza da mucho juego, seguimos colgándonos -y colgando ropa- de los árboles. En esta ocasión -y por vez primera en este post- contamos con más de un perchero y además, podemos usarlo como tal o dejarlo desnudo.  Porque tanto la forma como el contenido y el resultado, quedan bien colguemos o no ropa de ellos. Iluminados con luz de bajo consumo, son el equilibrio perfecto entre funcionalidad y diseño, dejando que nos decantemos tanto por la vertiente estética como la útil.

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