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Hoy te mostramos la transformación de una antigua granja lechera para ser utilizada como vivienda en el tradicional barrio de Gracia en Barcelona. El arquitecto catalán Lluis Corbella en colaboración con Marc Mazeres realizó una rehabilitación completa con garaje y patio exterior en 274 m2.
Esta es una casa que gira en torno a sí misma, inspirada en los riads marroquíes y también con influencia de los lofts americanos junto al minimalismo oriental o nórdico. ¡Vamos a conocer su transformación!
El edificio fue una granja lechera donde se vendía leche y ¡por supuesto habían vacas!. Con el paso del tiempo el lugar fue quedando inserto en la trama urbana de la ciudad de Barcelona y se abandonó en 1984 deteriorándose con el tiempo. Los arquitectos toman el espacio y la premisa de diseño fue vaciar por dentro el edificio y conservar las fachadas y el techo. Todo con el fin de convertir la antigua lechería en una casa de diseño que conserve la memoria de su pasado.
La propuesta integra espacialmente todos los ambientes interiores comunicándolos entre sí a diferentes alturas. Se decidió respetar la estética industrial dejando las vigas de madera vistas y las columnas de ladrillo. El mobiliario y la intervención es completamente modernista apuesta por los tonos claros y muebles de vanguardia, relacionándose con una ciudad tan cosmopolita como Barcelona. Un volumen a modo de contenedor metálico se inserta en el gran espacio generando el techo para la cocina al fondo de la imagen.
Al lado de la sala se encuentra un comedor pequeño con sillas y mesa de bases metálicas. Los detalles hacen que la estética industrial este presente y el piso pulido lo potencia. La decoración incorpora los elementos de ocio cotidianos de la familia como las tablas de surf, una mesa de ping pong, un juego de pinball y una silla colgante. ¡Sin duda, hay mucho que compartir!
El techo de vigas metálicas protagoniza y remarca el espacio de la cocina. Hacia un sólo lado reposteros altos y bajos en color blanco son funcionales y siguen las líneas horizontales. Hacia el fondo, una vista al patio con piscina. La silla hamaca que cuelga de una de las vigas metálica acentúa el acento lúdico y relajado de la propuesta. ¡Vamos a balancearnos!
Si miras con atención la primera de las fotografías verás que este pasillo se encuentra en el segundo piso. Ideado a manera de puente metálico se introduce en la estructura antigua y conversa con las columnas de ladrillo visto y las vigas de madera. Hacia un lado se ha colocado libreros modulares lo cual es una solución funcional y estética porque ayuda a conectar visualmente con el primer piso.
Todos los elementos nuevos, como las escaleras, vigas y la mezzanine se realizaron con metal como la esbelta escalera y la baranda totalmente de diseño. La iluminación con apliques directos indirectos acompaña el recorrido de la escalera.
Uno de los dormitorios nos muestra un baño nórdico incorporado al espacio a modo de cubo de cristal y para el guardado, una pared de armarios a media altura. La rusticidad de los ladrillos originales contrasta con el moderno techo metalico y el mobiliario de colores neutros acompaña sin desentonar.
La casa está rodeada de edificios altos pero en la parte trasera hay un patio muy tranquilo al que dan los ambientes más privados como los dormitorios. Los arquitectos coincidían en que era esencial conservar al máximo la arquitectura original en su exterior volcándose hacia un interiorismo moderno y funcional.
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