10 pasos para crear una oficina en casa perfecta

Te recomendamos que busques un espacio alejado de ruidos y distracciones. Si dispone de luz natural, mucho mejor. Delimita el espacio, toma medidas y coloca una mesa apropiada para ti. Piensa qué dispositivos necesitarás poner en ella y comprueba dónde están los enchufes o si necesitas esconder los cables. Decide, también, si quieres poner un solo punto de trabajo, o si vas a compartir tu oficina doméstica y poner dos o más sitios.

La compañera esencial de la mesa, será tu silla. ¡No te olvides de que tendrás que pasar muchas horas sentada en ella! Elige una con las características adecuadas: respaldo ergonómico, ruedas, brazos, altura graduable. Busca la calidad postural, independientemente de que te guste más el estilo clásico o el mobiliario de tendencia.

Mantén tus cosas en las mejores condiciones para que puedas trabajar a gusto, sin perder una pizca de concentración. Opta por elementos de almacenaje como cajoneras, carpetas y organizadores que te permitan tener a mano todo lo que necesites. Un consejo: si tu intención es aprovechar de forma óptima todo el espacio, no dudes en recurrir a carpinteros profesionales y consigue el diseño más práctico para ti.

También pueden ser cestas, baldas, revisteros… Todo aquello que sea susceptible de colocar de forma visible todos los elementos que sean inspiradores para ti: notas, fotos de equipo, postales, recuerdos, y otros objetos que te transmitan buena energía. Te ayudarán también a que no te olvides de tareas pendientes; también cuando necesites pensar en el proyecto en el que estés trabajando de forma recurrente.

Aunque tu punto de trabajo disponga de una ventana por la que entre luz natural, piensa que al menos necesitarás una lámpara de sobremesa. Idealmente, puedes hacerte con dos, colócalas estratégicamente para tener una iluminación artificial óptima siempre que lo necesites; tratando de evitar reflejos en las pantallas y que no tengas que forzar la vista en ningún momento.

Plantas, objetos de madera, de papel reciclado, sobre tu mesa… Las pequeñas cosas pueden brindarte muchos beneficios, sobre todo para liberar pequeñas dosis de estrés y recuperar la inspiración. Las fragancias también pueden ayudarte: añade una vela aromática o unas flores naturales que retrasarán tu cansancio y potenciarán tu motivación.

Para ponerte a trabajar con la energía necesaria cada día el ambiente es crucial. Pinta las paredes de tu nuevo espacio de trabajo de tu color favorito. Si no te decides por ninguno en concreto, lo ideal es algún color neutro suave como, por ejemplo: gris, magnolia, verde menta, azul… ¡Estos colores nunca fallan! Después pon algunos detalles en tonos como magenta, cían, naranja, grosella, aliados perfectos para estimular la creatividad.

No te olvides de que estás en tu casa. Nada te impide que puedas reposar tus pies sobre una suave alfombra a la temperatura perfecta, que distribuyas algunos cojines bonitos… Tu oficina en casa puede ser bonita, práctica y también confortable; para cuando tengas que hacer un breve paréntesis.

Reúne los libros y materiales que te vayan a hacer falta, o que utilices habitualmente y ponlos cerca de ti. Aprovecha para poner algunos que te resulten especialmente inspiradores. De esta forma, darás a tu oficina doméstica una atmósfera aún más encaminada a tu propia productividad.

En la medida de lo posible, trabajar en casa te permitirá reafirmar tu compromiso con el medio ambiente en muchos sentidos. Si vas a comenzar a diseñarla desde cero, elige materiales reciclados y trata de evitar plásticos y derivados del petróleo. Otra idea con la que ahorrarás dinero y recursos es escoger bombillas de led y apagar tus aparatos eléctricos cuando estés en otro espacio de la casa que no sea tu punto de trabajo.